Bendición con el poncho-reliquia

Ambientación

Cuando llevamos el poncho a los hermanos para orar tenemos en cuenta (si es posible) una mesita con la Palabra de Dios, una cruz, la imagen de nuestra Madre, el poncho, una velita encendida y agua bendita.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Para disponer nuestro corazón al encuentro del Señor, pidamos derrame su misericordia sobre nosotros.

Con actitud de agradecimiento al Señor por su misericordia, oramos juntos con el salmo 23 : A cada estrofa respondemos: “El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar”.

El Señor es mi pastor, nada me falta. En prados de hierba fresca me hace reposar, me conduce junto a fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. (Respondemos)

Me guía por el camino justo, haciendo honor a su Nombre. Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque Tú estás conmigo. (Respondemos)

Tu vara y tu cayado me dan seguridad. Me preparas un banquete en frente de mis enemigos, perfumas con ungüento mi cabeza y mi copa rebosa. (Respondemos)

Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida; y habitaré en la casa del Señor por años sin término. (Respondemos)

Leemos juntos el Evangelio: San Juan 10, 11-18. Reflexionamos juntos.

Rezamos la oración al Señor por intercesión del Cura Brochero: 

“Señor, de quien procede todo don perfecto, Tu dispusiste…..”.
Saludamos juntos a nuestra Madre, a quien el cura Brochero llamaba “Mi Purísima”, diciéndole: “Dios te salve María, llena eres de gracia….”.

Oración final:

Señor, tú eres nuestro Buen Pastor, y has querido enviar a nuestras tierras a san José Gabriel del Rosario, siendo reflejo de tu pastoreo para tus fieles. Queremos pedirte por todos nosotros por intercesión de l Santo Cura Brochero. Tú conoces nuestras necesidades. En presencia de nuestro poncho que ha estado en contacto con sus reliquias, queremos unirnos en oración sabiendo que Tú siempre nos escuchas. Así como el poncho nos cubre, queremos pedirte que nos cubras con la asistencia de tu Espíritu, y nos hagas fieles a la enseñanza de tu Evangelio y suscites en nosotros el deseo de la Santidad. A Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. 

Amén.

Cubrimos con el poncho reliquia al enfermo ,sobre sus hombros y espalda o se lo hacemos tocar con sus manos

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. (Nos persignamos con el agua bendita, recordando nuestro Bautismo)

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