Capilla de Panaholma

Fiesta Patronal: 7 de Octubre o Sábado cercano a esa fecha.

Reseña Histórica

Esta localidad fue centro de la provincia comechingona de Panaholma o Panaolva siendo, en 1584, el cacique Holoma-la autoridad del pueblo de Tigun gunti halo- y hacia el sur se encontraba el pueblo fortificado de Casan Catich del cacique Chicanhongolo. Con la fundación de la ciudad de Córdoba, se produjo el reparto de la tierra entre los españoles, creándose encomiendas en la zona.

Así tenemos referencias que, en 1598, el escribano Juan Nieto recibió 303 en merced las tierras de Nono y Tilahenen. Luego, en 1672, el Capitán don Gregorio Diez Gómez recibió una merced en las tierras de Panaholma que se extendía por el este desde el monte Ambul hasta los Altos de San Lorenzo y por el oeste desde Los Cocos hasta la Cuesta del Potrero de Altautina.
Tras su fallecimiento ocurrido en 1688 la viuda doña Ana María Bustos vendió el lugar a su hermano y al cuñado, dividiéndose la propiedad en 1696, correspondiéndole al Pbro. Antonio Bustos y Albornoz la zona de Panaholma, quien a su vez la enajenó a favor de don Felipe Suárez de Mendoza, en 1716. Pero como la propiedad estaba hipotecada a favor de los Monasterios de Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Jesús, debió ser entregada a los mismos, en 1729, quienes vendieron la propiedad a don Lorenzo de Oviedo.

En conclusión, la división de la tierra fue nucleando la población y por tal motivo, el vecindario que constituía la localidad estaba distribuido en distintos puntos del territorio, careciendo de un centro urbano. El primer proyecto de fundar el pueblo de Panaholma se remontaba al año 1883, pero fracasó por no poder traer el agua, a pesar de estar a escasos metros del terreno donado. Tras muchos desencuentros entre los vecinos, que duraron casi dos décadas y en los cuales intervino el Cura Brochero para buscar los beneficios de toda la población, doña Amelia Peralta de Abregú donó tres manzanas de las nueve ofrecidas inicialmente,» que se escrituraron el 22 de agosto de 1898.

En febrero de 1897, el Cura Brochero delineó el actual pueblo dividiendo el terreno donado en 40 sitios, debiendo cada adjudicatario hacer por lo menos una pieza en el término de un año para no perder el derecho de sitio.

A fines de dicho año logró a pesar de los desniveles del terreno que el agua llegara a través de un sistema de caños de metal, obteniendo una licencia de riego, en 1903.

Comenzó entonces la distribución del loteo como lo expresa en el siguiente informe: «La iglesia está ubicada al sud de la plaza en la Avenida Amelia Peralta, y ocupa el numero dos de la serie A del plano de la población […]

Para adquirir el derecho de propiedad de cada sitio es necesario hacer en él una casita según la indicación de la Señora donante. El Señor Obispo Toro donó verbalmente al gobierno de la provincia los 4 primeros sitios que están en la parte poniente del plano entre la avenida Canónigo Brochero y Amelia. El Señor Valeriano Trancón ha hecho una casa enfrente de la avenida Amelia […]

La señora Juana Ponce de Altamirano está haciendo otra casa en la Avenida Canónigo Brochero…

Cuando el Cura Brochero se retiró definitivamente del Curato, cedió el solar que le había correspondido en la traza urbanística de la villa a don Romualdo Recalde y su esposa. En carta, de fecha 7 de agosto de 1907, a Felisa S. de Recalde expresaba: «A su esposo don Rumaldo le he dejado el pequeño derecho, que tengo en esos dos sitios que alambré, pues no habiendo hecho un ranchito en ellos no me considero con pleno derecho. Por tanto ésta, que le sirva a su marido de documento en la forma que le he dicho.»

Fuente: Libro «Un largo camino evangelizador. El Obispado de Cruz del Eje» de Liliana De Denaro.

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