La Iglesia parroquial de Tulumba, denominada la Catedral del Norte, es el corazón histórico del norte cordobés y fue centro de irradiación misionera y cultura. Por iniciativa a fines del siglo XVIII, de Rafael Núñez, marqués de Sobremonte, por entonces gobernador Intendente de Córdoba, solicitando que la población fuera elevada a la categoría de villa real, el 3 de octubre de 1803, el rey Carlos IV le otorgó por real cédula el título de Villa del Valle de Tulumba.
Fray Mamerto Esquiú, obispo de Córdoba, colocó la piedra basal del monumental templo de la villa,1 llamado la Catedral del Norte, verdadero orgullo para la población. Su construcción duró diez años, entre 1882 y 1892, siendo impulsada por párrocos emprendedores, como los sacerdotes José Víctor Alcorta, Evaristo López de Arcante y Andrés García Colmena, llevándose a cabo con la ayuda de toda la feligresía del curato.
El templo ahora es conocido como Santuario Mariano Diocesano Nuestra Señora del Rosario porque en su interior se venera la antigua imagen, llegada a Córdoba en 1592, de la patrona de Villa Tulumba: la Virgen del Rosario. También se destaca dentro del templo, el antiguo tabernáculo, de estilo barroco, tallado en madera de cedro dorada, por integrantes de los pueblos originarios de las misiones del Guayrá para la Compañía de Jesús de Córdoba. En 1767, al ser expulsados de estas tierras los jesuitas, ese tabernáculo pasó a la iglesia catedral de la ciudad de Córdoba. En 1805, cuando se lo reemplazó por un tabernáculo de plata, el original de madera fue llevado a la iglesia de Tulumba en reconocimiento por la contribución de sus pobladores de ese metal para el nuevo